Guerra Cultural

Na expresión "Guerra Cultural" está contida a referencia explícita á antropoloxía, xa que inclúe a palabra "cultura". Outros termos relativos a este tema son apropiación cultural, colonialismo, cancelación, superioridade moral da esquerda, etc.

Tratamos nesta sección de explicar o concepto e o sentir das diferentes faccións: das ultraconservadoras ás radicais progresistas.

Noción

A guerra cultural é a forma que adopta actualmente o imperialismo cultural. Existe desde sempre nos enfrontamentos de grupos humanos e non sempre discorre en paralelo á guerra militar. Na guerra cultural téntase que o vencido asuma como propios os valores do vencedor, ata chegar un momento en que estes valores lles resulten "naturais": Nese momento a ideoloxía como política pasa a ser ideoloxía como valores apolíticos e naturais.

Un exemplo exitoso de imperialismo cultural son os programas de televisión e as películas estadounidenses, a música popular estadounidense, os hábitos alimenticios e o xeito de vestir estadounidense. Neste sentido o máis importante é a prevalencia do inglés como lingua franca nos negocios, en Internet, na música, etc. Un exemplo clásico é a romanización coa que se introduciu o latín, infraestruturas civiles, o dereito romano, etc. En ambos casos (os USA e Roma) o poder militar foi en paralelo co poder político. Pero no caso de Francia, por exemplo teñen un dominio cultural (no teatro, na danza, na gastronomía, no seu modo de vida...) no ámbito global moi superior ao seu dominio militar. Inversamente, China ten un poderío militar e económico enorme, pero non se corresponde con seu dominio cultural, ainda que hai anos houbo unha tendencia en Europa de apuntar aos fillos a estudar chinés. Os USA trunfaron no imposición da súa cultura de masas, pero fracasaron na alta cultura, ainda que o intentaron co neoexpresionismo e outras tendencias. Italia ven sendo desde o Renacemento unha potencia cultural (na ópera, na pintura, etc.) pero sen correspondencia co seu limitado poderío económico e político.

O termo "guerra cultural" ten a súa orixe na ultradereita dos USA, e trasládase á ultradereita europea. É a loita por exemplo, contra o feminismo, contra a convivencia entre culturas ou as reclamacions de novos dereitos, e en favor das identidades nacionais e dos valores cristianos. A loita pola identidade e os valores.

Las batallas de Vox. Las guerras culturales por excelencia son las de Vox: contra el “globalismo”; contra el “totalitarismo feminista”, que “criminaliza al hombre”; contra la “invasión de inmigrantes”, que amenaza la genuina cultura española. (Xosé Hermida) Vox é o partido que máis pelexa na area da guerra cultural. En contra do tópico da esquerda que di que á dereita non lle interesa a cultura, e moitísimo menos á ultradereita, o certo é máis ben o contrario.

Esperanza Aguirre: Los centros de producción de ideología están todos en manos de la izquierda: medios de comunicación, universidades…

Esperanza Aguirre: “La cuestión de la Memoria Histórica, la santificación y divinización de la Segunda República es un disparate. La Segunda República la trajeron intelectuales prestigiosos como Marañón, como Ortega y Gasset y, sin embargo, fue un fracaso total. Esta historia que nos cuentan de que unos buenos, buenísimos trajeron la República y que unos malos malísimos se rebelaron contra ella, pues no es exacta. El feminismo también sirve para iniciar una guerra cultural. Yo me considero feminista. He luchado sin parar por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y ante la ley. Pero en lo que no estoy de acuerdo es en dividir la sociedad de manera que las mujeres somos víctimas todas nosotras y los hombres son todos unos maltratadores. Pues no, esta disputa identitaria es que no me la creo. El cambio climático es otro ejemplo: claro que tenemos que proteger la naturaleza, pero lo que no podemos decir es que las soluciones buenas son las socialistas. Mira en lo que ha ocurrido en los países socialistas con el medioambiente. ¿Dónde ocurrió Chernobyl? En Francia llevan 40 años con la energía nuclear y no les ha pasado nunca nada (…) Entonces, la gente joven cree que el comunismo es donde florecen las libertades, es una cosa de coña”, justifica Aguirre, quien añade: “Desde Zapatero, con la Ley de Memoria Histórica, lo que se quiere es santificar a la República y condenar al régimen del 78, que es con el que quieren acabar y al que le acusan de todos los males. Y no se dan cuenta que estos 40 años han sido los de mayor libertad y mayor prosperidad para la inmensa mayoría de los ciudadanos y, especialmente, para los más desfavorecidos

“La política, en general, es una permanente ‘guerra cultural’, en el sentido de que la sociedad no tiene un orden dado. (Nuestros) objetivos son el resultado de una batalla política por darle sentido a las cosas que nos pasan. Si lo que nos pasa es resultado exclusivo de fenómenos naturales, si tiene causas humanas...”, explica Íñigo Errejón.

“La esclavitud en EEUU durante mucho tiempo no fue un tema político. Solo cuando se politizó se pudo cambiar. A menudo, cuando alguien dice que hay un tema que no se debe politizar lo que está diciendo es: sobre eso no discutamos, dejémoslo tal y como está”, explica Íñigo Errejón.

Historia da Guerra Cultural

La guerra cultural es tan antigua como el Génesis: Caín (un agricultor) mata a Abel (un ganadero). É o argumento básico dos Westerns: os gandeiros cortando as alambradas que poñen os destripaterrons. (Javier Rodríguez Marcos)

A cultura de la cancelación (boicot, eliminación) na cidade de Roma: Estatuas decapitadas para usar el cuerpo con la cabeza de un nuevo César, palacios barrocos construidos con piedras del foro y templos paganos convertidos en iglesias cristianas.(Javier Rodríguez Marcos) A este tipo de cancelación (entre poderosos) chámaselle Historia. Cuando la cancelación la ejercen los poderosos hacia los de abajo la llamamos censura.

Como recuerda el académico Juan Gil en 300 historias de palabras (Espasa), el éxito de un neologismo tiene que ver con el favor de la mayoría de los hablantes y no con una esencia intocable. A Guerra Cultural no idioma e na linguaxe (a linguaxe inclusiva, por exemplo) depende de que verdadeiramente a asuman os falantes, ainda que certamente pode vir impulsada polo poder. A cancelación de Woody Allen e de certos artistas é tamén unha cuestión mercantil. El cliente siempre tiene razón y muchos de sus clientes están enfadados.

En 1979 el neoconservadurismo advirtió de la necesidad de librar una "guerra cultural" contra la "nueva clase" (intelectuales, académicos, comunicadores y burócratas radicalmente progresistas) para defender los valores tradicionales y conseguir la regeneración moral de EE. UU.

El presidente Emmanuel Macron criticó “ciertas teorías en las ciencias sociales totalmente importadas de Estados Unidos”. Macron aludía, sin citarlas, a las teorías sobre la raza y el género que en las últimas décadas han proliferado en la otra orilla del Atlántico y han marcado movimientos como el Black Lives Matter, contra la violencia policial que golpea a los ciudadanos negros, o el feminismo del movimiento Me Too. El reproche es doble. Primero, que estas teorías trasladan artificialmente a Francia agravios específicos de la sociedad estadounidense, como el racismo tras siglos de esclavitud, segregación y discriminación. Y segundo, que este enfoque choca con los principios de una República que no admite las diferencias de raza y consagra la igualdad entre los ciudadanos, no las comunidades.

TEMAS DE GUERRA CULTURAL

Sociedade

◦ Sociedad permisiva

◦ Corrección política

◦ Separación Iglesia-Estado

◦ Secularismo, Secularización, Laicidad y Laicismo

◦ Sesgo de los medios de comunicación

Cultura

Controversias navideñas

◦ Contracultura

◦ Guerras de la historia

◦ Raza y Acción afirmativa

◦ Absolutismo moral y Relativismo moral

◦ Multiculturalismo y Asimilación cultural


Leis

Limitación de la criptografía

Derecho a poseer armas

Derechos de los animales

Oposición a la inmigración

Ley y orden (política)

Estados rojos y estados azules: Republicanos e Demócratas e outros bipartidismos

Drogas

◦ Edad mínima legal para el consumo de alcohol

◦ Uso recreativo y Legalización de las drogas

◦ Reducción de daños

◦ Guerra contra las drogas

Sobre a vida

Pena de morte

Asistencia sanitaria universal,

Dereitos reproductivos, incluido el Control de natalidad (y su cobertura por el seguro médico o por el sistema sanitario) y el Aborto

Derecho a morir y Eutanasia

Células madre

Sexualidade

◦ Feminismo

◦ Homosexualidad, Derechos LGBT y Matrimonio homosexual

◦ Edad de consentimiento sexual

◦ Pornografía

◦ Legalización de la prostitución

◦ Revolución sexual

◦ Poliamor

◦ Circuncisión

Medio Ambiente

• Energía

◦ Calentamiento mundial y Mitigación del cambio climático​

Educación

Controversia entre creación y evolución

◦ Valores familiares

◦ Educación en el hogar

◦ Castigo, Castigo corporal y especialmente Azotes

◦ Educación sexual y promoción únicamente de la abstinencia

Parte de Guerra (cultural)

Parte de guerra (cultural). De Caín a C. Tangana pasando por Woody Allen y Harold Bloom. Diez apuntes para una polémica interminable

Javier Rodríguez Marcos. 19 ene 2022 EL PAIS

(Prólogo) Un padre explica a su hijo de 11 años la historia de Sansón derribando las columnas del templo para acabar con los filisteos. El niño no está bautizado pero ha visto el Telediario. Al terminar la explicación, resume: “O sea, un terrorista suicida”.

1. Guerra cultural es un pleonasmo. No hay cultura que no sea fruto de una guerra. Walter Benjamin lo dijo así: “No hay documento de cultura que no sea a la vez documento de barbarie”.

2. La guerra cultural es tan antigua como el Génesis: Caín (un agricultor) mata a Abel (un ganadero). La España vacía se remonta al Paraíso: condenado por Dios, Caín deja el campo para fundar la primera ciudad: Enoc.

3. Para entender la cultura de la cancelación no hay como pasear por uno de los emblemas de la civilización occidental: la ciudad de Roma. Estatuas decapitadas para usar el cuerpo con la cabeza de un nuevo César, palacios barrocos construidos con piedras del foro y templos paganos convertidos en iglesias cristianas.

4. Cuando la cancelación se corta en mitad del proceso, como leche convertida en yogur, la llamamos mestizaje.

5. Cuando la cancelación la ejercen los poderosos hacia los de abajo la llamamos censura. Cuando se ejerce entre poderosos, la llamamos Historia. La Historia es lenta. Si es lentísima se llama actualidad. Costó menos sacar a Franco de las pesetas y sellos de correos que del Valle de los Caídos. Nadie protestó por lo primero.

6. ¿En qué se diferencia esta batalla cultural de las anteriores? En la tecnología. Y en el lugar del miedo. Podemos lo expresó hace tiempo de forma fea pero muy certera: el miedo ha cambiado de bando. También el humor. Casi nadie le reiría hoy a Harold Bloom la gracia de llamar a los estudios culturales “estudios lésbico-esquimales”.

7. Hay, no obstante, espacios aferrados a la lentitud. Por ejemplo, el lenguaje, que hasta ahora limitaba su carácter inclusivo al capítulo de tabúes y eufemismos (ese que hizo que el castellano recurriera al euskera para evitar que la evolución etimológica nos llevara a llamar siniestra a la izquierda). Como recuerda el académico Juan Gil en 300 historias de palabras (Espasa), el éxito de un neologismo tiene que ver con el favor de la mayoría de los hablantes y no con una esencia intocable: digamos que a las concursantas de Deforme semanal les queda un trayecto que hace ya tiempo recorrieron las infantas, un vocablo, según Gil, de no mejor “factura” que miembra. Vamos que escribir obscuro suena un poco viejuno. Cisgénero entró en el diccionario académico en diciembre pasado.

8. La superioridad moral de la izquierda ―residuo cristiano― procede de su defensa de aquellos a los que, durante siglos, la derecha consideró inferiores. Defensa cultural, social y económica no siempre coinciden. La lucha de clases no lo explica todo. El mismo Gobierno que hoy legisla en pro de los derechos civiles de los homosexuales puede lanzar mañana una reforma que recorte brutalmente sus conquistas laborales. La superioridad cultural de la izquierda procede de la falsa identificación entre vanguardia artística y progreso político. El estalinismo de Neruda aportan muchos matices. Tanto como saber que Fritz Ertl, uno de los arquitectos de Auschwitz, fue alumno de la Bauhaus.

9. La cancelación de Woody Allen y de ciertos artistas es una cuestión mercantil, no moral. El cliente siempre tiene razón y muchos de sus clientes están enfadados. Ya se les pasará. C. Tangana puede volver a Bilbao. De hecho, vuelve la semana que viene.

10. Cuando la guerra cultural se sobrecarga de moral produce idéntico efecto a derecha e izquierda: si estos defienden el derecho al divorcio y aquellos elogian el amor eterno, ambos se toman lo del otro como si fuera obligatorio.

(Epílogo) Los que niegan la guerra cultural son los mismos que niegan la lucha de clases: los que van ganando.

Apropiación

Hai moitos artigos en revistas e na internet sobre este tema. En 2021 o goberno de Mexico está emprendendo unha campaña para reivindicar as creacións das artesanas mexicanas e como as grandes firmas como Zara se apropian dos seus deseños.

1. Hipocresía. No pais machista por antonomasia e cun salientable índice de feminicidios, paradoxalmente o goberno reivindica fronte aos extranxeiros o traballo das mulleres locais e reivindica o traballo dos indíxenas.

2. A arte e a moda sempre traballan con codigos culturais, tanto do país propio como de outros paises, obviamente. Ninguén inventa nada.

3. Do que se está a falar aquí é de plaxio. E o plaxio está perfectamente solucionado na academia: se un deseñador basea os seus deseños noutras culturas, terá que recoñecelo. Nada máis. Citar, parafrasear, permitir que o lector acuda ás fontes orixinais. De feito iso darálle prestixio ao propio deseñador.